Francisco Aguirre Leo

La poderosa industria nuclear nace el siglo pasado incentivada bélicamente al producir Plutonio quemando Uranio en reactores atómicos como Chernobyl, fábrica bélica transformada en generadora de electricidad que deja al mundo espantado con un accidente evitable si el sarcófago usado en occidente hubiese existido. Luego del uso letal de la bomba Atómica a mediados del siglo pasado, lo nuclear se evidencia como fuente energética poderosa para producción de hidrógeno, vapor, electricidad. Se fabrica combustible con isótopos del Uranio, mineral enriquecido con cara tecnología en pocos países. Dicha industria renace hoy ansiosamente con reactores comerciales de gran tamaño (700 a 1000 MW los más conocidos) cuyas recargas de combustible frecuente generan desechos radioactivos de larga vida. No obstante, existen otros elementos fisibles, como es el Torio, cuyo mérito es descartar lo bélico y reducir notablemente los residuos, pudiendo además desarrollarse en unidades modulares pequeñas de 30-50 Mw de instalación progresiva para alcanzar capacidades tan grandes como la competencia. Especialistas evidencian que Torio reemplazaría al Uranio, pues es muy abundante, y han desarrollado proyectos energéticos silenciosamente estudiados que innovan tecnológicamente pareciendo muy favorables a la realidad de Chile, pues propicia la generación eléctrica descentralizada con unidades nucleares pequeñas. Como ejemplo, India tiene licencia de un reactor de Torio DBI, de tecnología norteamericana, que según sus desarrolladores aventaja y abarata notablemente la tecnología nuclear, con combustible de ciclo simple, con reducción drástica de un 90% o más de la basura radioactiva, sin la necesidad de retratamiento y sin utilidad bélica, teniendo cortos tiempos de construcción modular que crece adaptandose a la demanda. Ojalá que la normativa chilena retrasada de gobierno en gobierno, no restrinja y limite las tecnologías nucleares. Una vez más tenemos la oportunidad de ser innovadores. No hay mayores secretos en el hardware nuclear para el Torio. No necesitamos capacitar primero a especialistas y luego después desarrollar pues perfectamente se puede hacer ambos, privadamente o con una concesión de operación con tecnología licenciada por un pais amigo. Mejoraría nuestra huella de carbono y estrechez energética. Existen planes de negocio ya desarrollados para el proyecto del reactor de Torio en Chile, notablemente competitivo frente a megaempresas nucleares también en espera de normativa.