Francisco Aguirre Leo

Como académico de ingeniería eléctrica y economía energética, con 35 años de experiencia desde la planificación de obras hasta la comercialización en el mercado eléctrico, destaco siempre que desde la creación de ENDESA en 1943 ya se planificaba el desarrollo de grandes proyectos eléctricos. Hoy sigo alarmado la evolución de la oposición ¿político-técnica? a proyectos de generación y de transporte de electricidad. Concluyo que hay indisimulada ideologización del tema que sorprende con confesiones de la estrategia pasada, presente y futura de quienes se denominan defensores de la Patagonia Sin Represas, como la que con estupor escuchamos en un importante evento eléctrico reciente en el que se dijo que las acciones de ya larga data se concibieron para estimular los sentimientos de las personas comunes, exhibiéndose la engañosa publicidad que confunde, amenazando ahora con acciones futuras que pongan sistemáticas trabas, incluida la movilización social de quienes no manejan suficiente y objetiva información. Como experto eléctrico, me queda claro de que ya los intereses son muy distintos y que al menos una de las posiciones se plantea como irrenunciable. Por ello pareciera que ya no son válidos argumentos técnicos ni económicos, ya que los opositores se niegan a entender el fundamento de las decisiones de desarrollo eléctrico, imprescindible sostén del crecimiento del país. También llegué a la conclusión de que la estrategia del “miente-miente, que algo siempre queda” es más poderosa arma de convicción que la racionalidad de una discusión, logrando así que la “chusma inconsciente” se pliegue ¿inocentemente?, ignorando las consecuencias de largo plazo que este desacuerdo puede provocar, entre las que visualizo peligrosamente una polarización cuyos riesgos de ruptura general bien conocemos. En mis clases de ingeniería y economía energética en diversas universidades agregaré ahora un nuevo “error histórico” en el desarrollo del mercado eléctrico chileno de los últimos 30 años. Este es haber dejado que la amenaza al desarrollo nacional creciera sin que autoridad ni privados interesados pusieran oportuno atajo a la bola de nieve que se nos viene.