Francisco Aguirre Leo

En relación a los próximos cambios regulatorios que se aproximan en el mercado eléctrico chileno deseo comentar mi experiencia de una reciente asistencia a un congreso geotérmico en Nueva Zelanda, NZ, país cuyo sistema eléctrico es muy similar al chileno, en tamaño, topología, demanda e incluso clima por su latitud geográfica paralela a nuestra zona centro sur. También está en el mismo cinturón de fuego del Pacífico que le permite generar geotérmicamente cerca del 8% de sus necesidades eléctricas, recurso que en Chile vuelve a actualidad luego de la publicación de la Ley de Concesiones Geotérmicas el año recién pasado.

El mercado eléctrico en NZ se ha desarrollado desregulado ya durante 12 años, bajo principios de participación voluntaria y autorregulada cuyas operaciones se asemejan a las de transacciones de commodities en un mercado de fuerte participación de compradores y vendedores, lo que ha provocado un sistemático descenso de los precios.

Una diferencia sustancial con nuestro sistema chileno actual, el que con el proyecto de nueva Ley Eléctrica cambiará luego de su periplo legal en el congreso, es que las transacciones de electricidad en NZ se basan en intercambios convenidos contractualmente y con precios de corto plazo que diariamente se conocen para cada una de las 48 medias horas del día y para cada uno de 244 puntos de conexión en el sistema interconectado. Estas transacciones representan más del 80% del mercado eléctrico total del país, y se pueden definir comercialmente con solo un par de horas de anticipación al uso físico. Solo lo restante, menos del 20% del mercado, está cubierto por contratos bilaterales de mayor plazo entre clientes y los generadores.

La transparencia es otra diferencia fundamental con nuestro mercado chileno, en que este trata casi como secreto de estado información que debiese estar disponible sin tanto trámite y retardo, como es el caso de los costos marginales que calculan horariamente los CDEC o las bases de datos que usa la CNE para la regulación tarifaria semestral. En cambio en NZ el mercado está sobre una plataforma Internet, con información en línea para oferta, demanda, hidrología, precios y transacciones electrónicas permanentes de acceso amplio, las 24 horas del día, los 365 días del año.

La similitud también está en que las dos islas que conforman el país de NZ están interconectadas por un sistema de transporte en corriente continua, que permite trasladar fuertes excedentes desde el sur, rico en recursos hidráulicos, a la del norte, de fuerte demanda. Esto tiene fuerte parecido a nuestra interconexión que permitiría evacuar la sobreoferta térmica en el SING (sistema Norte Grande) hacia el SIC (sistema central), una vez hecha la conexión.

En resumen, Nueva Zelanda tiene mucha similitud eléctrica con Chile y podemos aprender mucho de su experiencia en Geotermia, en Cogeneración, desarrollo de su mercado eléctrico y de su comercialización. Este último ejercicio es necesario que sea incorporado desde ya por los actores chilenos en el mercado eléctrico, ya que la normativa que viene lo trae incorporado a su más íntimo espíritu, elemento que por una parte ampliará fuertemente el número de clientes que deberá negociar contratos y que, por otra parte, reducirá el atractivo de contratos de largo plazo al permitir que un cliente informado de los que hoy ya negocian, participe de cerca y frecuentemente en las decisiones de compra y venta del nuevo commodity, la electricidad